El año 2013 podría situarse entre los diez más cálidos desde que comenzaron los registros modernos en 1850, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Los primeros nueve meses, de enero a septiembre, sitúan a 2013 como el séptimo periodo más cálido, con una temperatura global en superficie 0,48°C superior al valor medio 1961-1990.
En España este año no se situará probablemente entre los diez más cálidos, aunque la temperatura media continúa por encima de los años más cálidos anteriores a 1990.
El periodo de enero a octubre de 2013 es el menos cálido desde 1996, con una temperatura media de 16,2°C
Gráfico de la década: 2013 es el año más calido según la OMM
- Nota de prensa AEMET: OMM: Avance del estado del clima en 2013
Declaración provisional sobre el estado del clima de 2013
- Constantes temperaturas altas a escala mundial y numerosos fenómenos climáticos extremos en todo el mundo
Ginebra, 13 de noviembre de 2013 – El año 2013 lleva camino de convertirse en uno de los diez años más cálidos desde que se iniciaran los registros modernos en 1850, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Los nueve primeros meses del año, enero a septiembre, constituyeron el séptimo período más cálido jamás registrado, junto con 2003, situándose las temperaturas mundiales de la superficie del océano y de la tierra en
aproximadamente 0,48 °C (0,86 °F) por encima de la media del período 1961-1990.
La OMM publica anualmente una Declaración sobre el estado del clima mundial. La Declaración provisional correspondiente a 2013 aporta una insta ntánea de las temperaturas regionales y nacionales. Asimismo, incluye detalles sobre las precipitaciones, las crecidas, las sequías, los ciclones tropicales, la cobertura de hielo y el nivel del mar.
Cambio climático
La Declaración se ha publicado hoy para información de los negociadores que asisten a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Varsovia (Polonia).
El período comprendido entre enero y septiembre de 2013 fue más cálido que el mismo período de 2011 y de 2012, en que La Niña provocó un enfria miento. Durante los nueve primeros meses de 2013 no se dieron condiciones características de La Niña ni de El Niño y no se prevé que aparezcan antes de finales de año.
El Niño/La Niña es un impo rtante factor condicionante del clima y cabe señalar que en los dos años más cálidos desde que se mantienen registros, 2010 y 1998, seprodujeron episodios de El Niño.
A diferencia de en 2012, en que se observaron temperaturas máximas anuales sin precedentes, en particular en Estados Unidos de América, en 2013 la s temperaturas altas más extremas se han registrado en Australia.
“Hasta la fecha, las temperaturas del presente año son aproximadamente las mismas que las temperaturas medias de 2001-2010, que fue el decenio más cálido jamás registrado,” dijo el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud.
“Todos los años más cálidos se han dado a partir de 1998 y este año, una vez más, continúa la tendencia subyacente a largo plazo. Actualmente, los años más fríos son más cálidos que los años más calurosos anteriores a 1998, manifestó.
Concentraciones atmósfericas que auguran más calor en el futuro
“Las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero alcanzaron nuevos máximos históricos en 2012 y prevemos que volverán a alcanzar niveles sin precedentes en 2013. Ello significa que estamos abocados a un futuro más caluroso”, añadió el señor Jarraud.
Se agudizarán las crecidas y precipitaciones extremas
“Las temperaturas de la superficie solo constituyen una parte del ámbito más amplio del cambio climático. Sus efectos en el ciclo del agua ya está n empezando a apreciarse, según evidencian las sequías, las crecidas o las precipitaciones extremas.”
“Filipinas se está resintiendo de la devastación causada por el tifón Haiyan (Yolanda), el ciclón tropical más potente que haya azotado ese país y un o de los más intensos jamás registrados en ningún lugar. El país todavía está luchando para recuperarse de los efectos del tifón Bopha (Pablo) de hace un año.
Aunque los ciclones tropicales en sí no pueden atribuirse directamente al cambio climático, la subida del nivel del mar hace que las poblaciones costeras sean cada vez más vulnerables a las mareas de tempestad. Es algo que hemos visto con consecuencias trágicas en Filipinas”, observó el señor Jarraud. Añadió que, si bien la relación entre el cambio climático y la frecuencia de los ciclones tropicales era una cuestión que requería mucha investigación, se preveía que su impacto fuera más intenso.
Aumento del nivel del mar
En la Declaración provisional de la OMM se confirma que el nivel del mar a escala mundial alcanzó un nuevo máximo sin precedentes. Ese nivel ha venido aumentando en una media de 3,2 milímetros al año, con una variabilidad interanual, desde que empezaran las mediciones satelitales con altímetro en 1993. Esa cifra se acerca a la media o bservada de unos 3 milímetros al año en el último decenio, de 2001-2010, y duplica la tendencia obser vada durante el siglo XX, de 1,6 mm al año.
“El nivel del mar seguirá aumentando debido a la fusión de los casquetes de hielo y los glaciares. Más del 90% del calor adicional que generamos a par tir de los gases de efecto invernadero es absorbido por los océanos que, en consecuencia, seguirán calentándose y expandiéndose durante cientos de años”, dijo el señor Jarraud.
Hielo marino del Ártico
El hielo marino del Ártico se ha recuperado ligeramente después de que se produjera una fusión de grandes proporciones y sin precedentes en 2012, pero en 2013 todavía se ha observado uno de los niveles más bajos jamás registrados. Desde los inicios de las mediciones satelitales en 1979, en el decenio de 2001-2010 se ha dado el mayor promedio a nual de fusión del hielo marino del Ártico del que se tengan registros, dándose los siete valores más reducidos de esa superficie desde 2007 hasta la fecha.
Según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos de Estados Unidos, el 15 de marzo la superficie del hielo marino en el Ártico alcanzó su máxima extensión anual, a saber 15,13 millones de kilómetros cuadrados, o sea aproximadamente 0,5 millones de kilómetros cuadrados menos que la media del período 1981-2010. Según la Universidad de Colorado (Boulder, Estados Unidos), la superficie de hielo que data de hace más de cuatro
años se ha reducido, pasando del 18 por ciento de la máxima cobertura de hielo en marzo, que se dio en 1984, al 3 por ciento en 2013, lo cual es indicio de que la fusión se está produciendo a mayor velocidad.
La superficie del hielo marino del Ártico alcanzó la mínima extensión de su ciclo anual el 13 de septiembre, a saber 5,10 millones de kilómetros cuadrados, o sea la sexta menor jamás registrada.
Esa cifra fue inferior en un 18 por ciento, o en casi 1,1 millones de kilómetros cuadrados, al promedio mínimo de 1981–2010. No obstante, fue mayor que el récord mínimo de 3,41 millones de kilómetros cuadrados observado en septiembre de 2012. De junio a agosto de 2013 prevaleció una presión atmosférica inferior al promedio en gran parte del océano Ártico, lo que limitó el transporte de calor desde el sur y provocó una mayor nubosidad, contribuyendo a que se dieran unas temperaturas más bajas en comparación con el año anterior. Además, debido a los vientos asociados, la cobertura de hielo adquirió mayores proporciones y abarcó una su
perficie mayor.
Hielo marino de la Antártida
Según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos, por segundo año consecutivo la extensión del hielo marino de la Antártida en septiembre alcanzó un valor máximo de 19,47 millones de kilómetros cuadrados. Se trata de un valor superior en aproximadamente 30 000 kilómetros al récord anterior, establecido en 2012, y que supera en un 2,6 por ciento al promedio de 1981−2010.
La extensión del hielo marino de la Antártida en septiembre crece a un promedio del 1,1 por ciento por decenio. Los científicos consideran que los cambios de la circulación atmosférica observados en los tres últimos decenios, los cuales han modificad o a su vez los vientos dominantes en la Antártida, son un factor que guarda relación con ese incremento. No obstante, también es posible que el incremento se deba a una suma de factores, entre lo s que se cuentan los efectos del cambio de la circulación oceánica.
La Antártida difiere del Ártico en que este último está compuesto por agua rodeada de tierra, mientras que aquella está compuesta por tierra rodeada de aguas de alta mar. La configuración de los vientos y las corrientes oceánicas tienden a aislar la Antártida de los patrones climáticos mundiales, manteniendo frío ese continente.
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